miércoles, 17 de agosto de 2016

Sega rally


Este clásico de las recreativas más tarde fue revisado y lanzado en Sega Saturn.

Nada más lanzarse en los salones recreativos se convirtió en el foco de todas las miradas. Posiblemente fuera la máquina más grande y aparatosa de toda la sala, pero además tenía un regusto a player profesional que no se podía aguantar.

Al subirnos al sillón podíamos elegir entre tres coches clásicos de los rallys: Lancia Delta Integrale, Toyota Celica y Lancia Stratos. A partir de ahí empezaba lo bueno. La sensación de velocidad era única y el modelado de coches y escenarios nos hacía sentir que estábamos entrando en una nueva generación. Los rallys iban sucediéndose de la manera clásica, tenemos un tiempo limitado para llegar al check point y poder seguir avanzando.


Pero lo que más impactaba del juego era su jugabilidad. El manejo del coche era lo más real que habíamos visto nunca, comportándose de manera diferente si se trataba de asfalto, tierra o hielo. Si jugábamos en la recreativa esa sensación con el asiento de carreras, el volante y la palanca de cambios, se multiplicaba por mil (aunque también podíamos ponerlo en automático, pero restaba mucho a la experiencia), pudiendo rectificar trayectorias erróneas, percibiendo que se nos iba el coche y exprimiendo la caja de cambios como si la vida nos fuera en ello.

A nivel gráfico, estaba lleno de pixeles gigantes, sobre todo en la carretera y vallados de piedra. Los vehículos tenían un ligero tembleque, pero el modelado de los coches era increíble ¡y en 3D!

El sonido cambia ligeramente del arcade a la versión casera. En el arcade lo normal era escuchar a un grupo de 10 personas jadeándote y haciendo de copiloto improvisado. En casa, cada coche tiene su sonido original, el sonido del derrape en la gravilla y las explosiones del tubo de escape, hacen las delicias de los jugadores.


El juego que desbancó en las recreativas a Neo Driftout!

Gráficos: 7,5 es cierto que las nuevas posibilidades estaban en pañales y los pixeles del tamaño de las ruedas cantan la traviata, pero luce bien.

Jugabilidad: 9,5 simplemente espectacular, el primer gran simulador de conducción.

Sonido: 7,5 lo que se puede esperar de un juego de estas características.

Dificultad: 9 había que ser muy bueno para meterle mano sin dejarte el jornal.

Diversión: 9 no sólo es que fuese divertido, además eras el rey del salón recreativo.

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