En unos buenos recreativos que se precien no podía faltar este título. Y es que este juego cumplía los sueños de muchos de nosotros: conducir un Ferrari a 290 km/h por una carretera de costa, con nuestra chavala al lado con el pelo suelto al viento.
La mecánica de juego es sencilla. Debemos acelerar y frenar en función de lo que nos pida la pista y esquivar los vehículos que vayan apareciendo en la carretera, que en un principio serán pocos y en las últimas etapas coparan la carretera.
A nivel visual el juego no es ningún prodigio, pero consigue meternos en el ambiente playero que busca. La sensación de velocidad está bien conseguida, pero chirría que los vehículos que se ven en pantalla, aunque sea a lo lejos aparecen de golpe y en la elección de caminos, las bifurcaciones son un poco raras.
El juego cuenta con tres melodías a elegir para que nos acompañen durante el juego. Una es un tema playero, otra un poco más chill-out y la última más normalita. A parte de eso, el resto son los sonidos típicos de derrapes y colisiones con otros vehículos.
El juego cuenta con tres melodías a elegir para que nos acompañen durante el juego. Una es un tema playero, otra un poco más chill-out y la última más normalita. A parte de eso, el resto son los sonidos típicos de derrapes y colisiones con otros vehículos.
La duración del juego se antoja corta. En cuanto le pillemos el tranquillo, podemos superar las cinco etapas en 7 minutos más o menos, que si lo multiplicamos por los 5 finales, en 35 minutos lo hemos finiquitado.
Gráficos: 7 lo que más mola es su estética playera y chulesca.
Jugabilidad: 7 sin volverse loco, el juego se maneja con la suficiente soltura.
Sonido: 7 la música acompaña la acción y se agradece poder elegir el tema.
Dificultad: 7,5 la mayor dificultad es acostumbrarse al tráfico de las últimas etapas.
Diversión:8,5 siendo un juego sin grandes alardes, es divertido y rejugable, ya que es el típico juego de "no sé a que jugar" y lo pones mientras lo piensas.
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