Este título del ´85 que tiene como protagonista a Mario, siempre me ha generado un sentimiento amor/odio que no puedo llegar a comprender, ya que es un título que en líneas generales nunca me ha gustado, pero que, cada vez que lo veo tengo que jugar una partida.
La mecánica de juego es sencilla: debemos romper todos los muros y escaleras para superar el nivel. Para ello vamos armados con una maza y nos podemos ayudar de bombas que aparecen en la pantalla. Además irán apareciendo enemigos que debemos sortear. Haciendo una supuesta primera aparición Wario, como un personaje que irá destruyendo escaleras para hacernos la vida imposible.
Para ser el año 1985 el juego da una calidad gráfica aceptable, sin grandes alardes pero muy funcional. Los muros y escaleras que se destruyen se diferencian del resto a la perfección y los enemigos tienen pinta de enemigos. Por lo demás se repiten los objetos en diferente disposición para formar cada fase.
A nivel jugable tal vez le eche un poco en falta algo más de velocidad al juego. Cuando queramos romper alguna puerta o muro nos detendremos delante de él y como nos descuidemos seremos pasto de los malos. Lo mejor es que no hay bloqueo lateral de pantalla, por lo que si salimos por el lado izquierdo apareceremos en el derecho y viceversa, dándonos alguna ventaja a la hora de eludir enemigos.
Lo mejor del apartado sonoro es la música de inicio de nivel y de final, siendo una melodía muy característica que si alguna vez la hemos oído, la recordaremos inmediatamente.
Gráficos: 7 no son una obra de arte pero funcionan a la perfección.
Jugabilidad: 7,5 que se pare para romper las paredes me pone nerviosísimo, ¡quiero correr más!
Sonido: 8 su musiquilla irrepetible la tengo grabada.
Dificultad: 9,5 superar los 100 niveles es una tarea hercúlea.
Diversión: 7 mi amor/odio sólo me permite disfrutarlo durante 10 niveles más o menos a partir de ahí deja de llamarme la atención.
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